Sinopsis
El hambre no es solo la consecuencia silenciosa de una guerra: en demasiadas
ocasiones es el eje central de una estrategia bélica. El hambre
se utiliza para quebrar resistencias, castigar poblaciones y redibujar territorios.
Gaza, con su tragedia sin precedentes en 2025, es el caso más
extremo y reciente, pero no el único. Etiopía, Sudán, Somalia, Yemen o Afganistán muestran un patrón común:
hacer del hambre un arma tan devastadora como las bombas.
Con un enfoque riguroso y una amplia base de datos internacionales, Vicenç Fisas analiza cómo en casi la mitad
de las guerras del siglo xxi se han producido crisis alimentarias extremas o hambrunas. El desplazamiento forzoso,
la destrucción de cultivos e infraestructuras, el bloqueo de ayuda humanitaria o el asedio de ciudades forman
parte de un inventario de métodos perversos que violan sistemáticamente el derecho internacional humanitario.
Este libro no es solo una denuncia documentada de esa realidad: es también una llamada a la conciencia política
y ciudadana. Porque hambrear poblaciones no es un efecto colateral, sino un crimen de guerra que sigue
quedando impune. Y porque la comunidad internacional, obsesionada con el gasto militar récord, a menudo
permanece indiferente.
Las guerras del hambre nos obligan a mirar de frente la actualidad más dolorosa y a preguntarnos qué papel
queremos asumir ante una de las prácticas más inhumanas de nuestro tiempo.