Sinopse
Coincidiendo con el inicio de las conversaciones de Rambouillet, Kadaré, a modo de testigo de excepción, comienza en 1999 a tomar notas sobre la tragedia de Kosovo, el desalojo de los albaneses, los bombardeos posteriores de la OTAN, sus artículos y debates, sus entrevistas con intelectuales y presidentes de gobierno.«En realidad, nosotros llevábamos ya tiempo sumergidos en la tragedia, sólo que ahora sus contornos se tornaban más nítidos. Todos los acontecimientos cotidianos [...] adquirían de inmediato los atributos de una suprema desgracia, se densificaban en el interior de una estructura de apariencia sobrenatural [...] que no era sino fruto de nuestra propia existencia. Así fue como [...] al pueblo albanés le cayó en suerte experimentar una de esas infrecuentes calamidades que consiguen conmover a todo el planeta. Desde sus sillones, los demás asistieron durante semanas y meses a su padecimiento. La mayor parte con dolor y compasión, algunos con indiferencia y otros,