Sinopse
Tengo un cuaderno con seis mil películas
apuntadas, todas las que he visto hasta
mis cuarenta años. He sido periodista
especializado en cine, pero este libro no
–no quiere ser– un libro de cine, sino el
retrato de una ausencia, la de un padre
que se fue demasiado pronto y no supo o
no pudo transmitirme muchas de las
pasiones que si me gustaría trasladarle a
mi hjo. ¿Conseguiré, querré hacer una
copia de mis emociones y trasplantarlas
como un USB a su cabeza ahora maleable?
¿Querrá él?
Las películas que no vi con mi padre
son los huecos que intuí, las islas que
son mis recuerdos embotellados unidas
por un lápiz en cuadernos que atesoro.
El hombre que soy se conformó más
con sombras que con objetos. Me
habría gusta poder escribir el libro con
un título en afirmativo, pero no es la
realidad que me tocó vivir, así que hago
lo que puedo con lo que tengo. Menos
mal que cuento con mis obsesiones y
mis extravagancias y todos esos
cuadernos donde fui anotando las
películas y la vida que viví sin él.
«Este es el libro adulto de un niño
brillante, precoz y herido por la realidad
que es a menudo mediocre. El libro de un
hombre que hace las paces con su
pasado, dibujando la vida que no compartió
con su padre; la que sí compartirá con
su hijo. Dialoga con los dos –que lo
conforma– en un desafío cinematográfico
al tiempo y sus dolores. El escritor, ahora
superhéroe, viene a vengarse de la
muerte de su persona favorita diciendo
que somos, sobre todo, las películas que
no hemos visto. Y las que ya no veremos
nunca»
—Lorena G. Maldonado.